martes, 25 de octubre de 2022

Cómo es la economía de muchos mexicanos

 Qué problemas tiene la economía de México


Algunos de los problemas del país, es que el muy bajo crecimiento económico del país (1.2 por ciento anual per cápita en promedio en los últimos veinte años) no ha permitido un incremento del poder adquisitivo del ingreso. Además, el poder adquisitivo de los hogares se ha visto minado drásticamente durante la crisis económica de 1994, en el 2007 con el alza en los precios internacionales de los alimentos y en el 2009 a raíz de la crisis financiera internacional.

La pobreza, sin embargo, no es el único problema que desafía a nuestro país. Impera en México una enorme desigualdad que conduce a que esté considerado como uno de los países con mayor inequidad en el mundo. A modo de ejemplo, el 10 por ciento más rico se queda con el 40% del ingreso y, mientras que un mexicano está entre los cinco hombres más ricos del mundo y otros 30 poseen una fortuna superior a los mil millones de dólares, una fracción considerable de la población no accede a un nivel de vida que garantice un mínimo de bienestar razonable.

Sin embargo, la desigualdad no se limita al ingreso; hay desigualdad en las oportunidades y capacidades para salir adelante así como desigualdades profundas en las condiciones de vida. Hoy en día la gran mayoría de la población no tiene acceso a seguridad social; no está protegida ante choques adversos a sus ingresos; no tiene acceso a una pensión, etc. Y si bien parece haberse alcanzado una muy amplia cobertura de servicios de salud, la calidad de éstos deja mucho que desear. Mientras que unos cuantos pueden atenderse en hospitales comparables a los del primer mundo, la gran mayoría asiste a centros de salud sin especialistas, mal equipados, con escasez de medicamentos y sufren largas horas de espera. Una situación similar ocurre en el caso de la educación. Más aun, estas desigualdades se agudizan entre subpoblaciones y regiones. Así por ejemplo, mientras que el porcentaje de la población menor a cinco años de edad con baja talla es del 2 por ciento a nivel nacional, entre la población indígena este porcentaje alcanza el 33 por ciento.

Los altos y persistentes niveles de pobreza y desigualdad y el bajo crecimiento económico se expresan en el ámbito de los hogares (bajos ingresos, desigualdad de oportunidades, limitado empoderamiento, vulnerabilidad, etc.) pero responden a causas derivadas del contexto institucional. El Estado no sólo no cumple el rol de compensar las desigualdades existentes sino que, por el contrario, los procesos de toma de decisión de las políticas públicas así como las formas en las que se agregan los intereses de distintos grupos de ciudadanos refuerzan la transmisión intergeneracional de la desigualdad y la vulnerabilidad a la pobreza.

Las características actuales de la estructura fiscal, la baja capacidad para regular a las estructuras monopólicas en favor de los consumidores (que se evidencia por ejemplo en lo que acontece en los mercados de telecomunicaciones o de harina de maíz), las reglas de juego poco transparentes (que se evidencia por ejemplo en la baja imparcialidad que hay al ejecutar las leyes) y la escasa respuesta a las demandas de los ciudadanos ante actos de corrupción, se encuentran entre las principales razones que explican nuestra mala situación económica.

En la raíz de estos problemas se encuentra que la cadena de delegación democrática no funciona bien en México. Esto se hace evidente en: a) La presencia extendida del clientelismo político, mecanismo por el cual el funcionario entrega prebendas a ciertos ciudadanos a cambio del apoyo político o el voto; b) La captura del estado que implica que ciertos funcionarios públicos representan los intereses particulares de ciertos individuos o grupos económicos, como se evidencia en ciertas asignaciones presupuestarias (sector agrícola y energético, por ejemplo) y en la regulación de ciertos sectores (telecomunicaciones, por ejemplo); c) La corrupción, definida como aquella situación en la que el funcionario público ejerce discrecionalidad en su actuar para favorecer a ciertos agentes económicos a cambio de dinero, y cuya presencia se ha hecho sistémica; y d) una consecuente debilidad institucional con bajo compromiso ciudadano, surgiendo este último por experiencias en las cuales las relaciones sociales y la proximidad con el poder resultaron más útiles que los procesos formales para acceder a los bienes y recursos públicos.


Posibles recomendaciones para crear una estabilidad económica


A continuación se presentan estas posibilidades: a) generar un crecimiento económico incluyente, alto y sostenido; b) generar un sistema de protección social que logre atenuar los impactos adversos propios del ciclo de vida y de las fluctuaciones macroeconómicas sobre el bienestar de las personas en situación de pobreza y vulnerabilidad; c) diseñar una nueva arquitectura de la política social que logre ir combatiendo las fuentes de desigualdad. La evidencia internacional sugiere que alcanzar estos objetivos no es fácil ni se logra rápidamente. Y a pesar de las resistencias e inercias que hay para alterar el statu quo, hay ejemplos tanto en el sector privado como público que muestran la posibilidad de cambios conducentes a alcanzar los objetivos antes trazados.


Ahora veamos un vídeo que da como conclusión a este blog y respalda lo ya mencionado.




Elaborado por Luz María Hernández García 


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